10 mayo 2011
2
10
/05
/mayo
/2011
17:17
El Dios al que yo amo no me castigará por amar, ni por sentir, ni por hablar, pues Él me dio corazón, sentimientos y boca. Pues el Dios al que yo amo no está escrito, ni hablado, ni alabado, está en casa esperando un milagro; a ti, solo a ti.
Ama y comprenderás.
Estas palabras no son mías.